Este verano no quise hacer clases de caligrafía. Necesitaba parar un momento para revisar algunos temas que me atraían.
El más importante era modificar mi curso Mejorar la escritura.
Estaba interesado en estudiar la escritura desarrollada por A.N. Palmer, la palmeriana, como alternativa personal y para mis alumnos.
Así que guiándome por sus manuales comencé por estudiarla y después se sumaron dos alumnas avanzadas, Ximena y Claudia que oficiaron de betatesters.
Y me tiene contento y entusiasmado, porque llega a temas que no entiendo:
1. Por qué en algún momento se comienza a enseñar en Chile una forma de escribir redonda y recta, que es poco eficiente ya que no permite una escritura rápida.
2. Por qué se abandona la enseñanza de la caligrafía en los colegios.
El primer punto es el más importante y pareciera ser la antesala para justificar el segundo.
El manual Matte, enseñaba una letra inclinada. Pero el Silabario Hispanoamericano (el libro del ojo) sólo en su última página muestra una manuscrita inclinada, pero todo el libro usa letra de imprenta redonda y recta.
Sospecho que fue más simple enseñarles a copiar esas letras que mirar la última página.
Y el resultado fue una letra que, al necesitar escribir rápido, perdía toda su estructura. Fue lo que, al menos a mi, me sucedió al llegar a la universidad: ver que era imposible tomar apuntes en clase con una letra legible.
Eso lo había solucionado la escritura palmeriana ya a fines del siglo xix, con clases presenciales y a distancia que llegaron a millones de personas, incluso Chile.
Este estilo lo estudiaron y usaron nuestros abuelos
De esta manera podemos encontrar escritos entre los recuerdos familiares como este:
Yo por mi parte he tenido que practicar harto, pero usando la tecnología actual: lápices de tinta y/o de gel, que permiten una escritura muy agradable y rápida, acá te muestro algunas de mis hojas de práctica y esto es lo que comenzaré a enseñar en el curso “Mejorar la escritura otoño 2010”: