SENTENCIAS SOBRE EL ENTE Y LA GENERACIN
EN EL ESPRITU DE LA FILOSOFA PLATNICA
Oh gran astro, dijo, como
haba dicho en otra ocasin,
profundo ojo de felicidad,
qu sera de toda tu felicidad
si no tuvieras a aquellos a
quienes iluminas!
F.
Nietzsche, As habl Zaratustra
Jorge Oscar Velsquez
Universidad
de Chile
- Puesto que las formas
o ideas (ta; ei[dh) son el bien manifestado en la
multiforme variedad de lo que es
inteligiblemente, la verdad pervive en ellas, por eso mismo, en
forma esencial. Este bien multiforme (las ideas, en efecto, expresan
diversificadamente la unidad del todo ideal), no es el Bien en cuanto tal
(oujk oujsiva o[nto tou~ ajgaqou~,
R. 509b), el que no es
manifestado, ni multiforme, ni esencial. Las formas son el ser esencial e
inteligible: puesto que realizan adecuadamente la perfeccin de su
esencia, son en plenitud y se las llama siempre siendo en relacin con
las mismas cosas (ajei; kata;
taujta; o[n,Ti. 28a) o
las mismas por s mismas (aujta;
kaq jauJta; o[nta,Ti.
51c), por hallarse ellas para consigo mismas en identidad constante e
inmutable. La esencia (ousa) es
all a modo de idea, es decir, la esencia es idealmente, y la idea o forma
esencialmente, hasta el punto de ser esencia ideal e idea esencial (R. VII,525b-c 534c IX 585b, Fdr. 347c, Par. 133c). La esencia
es asimismo inteligible, pues el ser de la esencia es la idea, siendo lo
inteligible el modo primordial del ser de la esencia (Fd. 80b. R. VI 511c,
Ti. 37a, So. 246b). De ah que llamamos tambin al ser que existe de
ese modo realidad (Bq. 205b, R. VI 511c, VII 515b); y en cuanto
realidad ideal, el ser de la esencia es
idntico a s mismo (aut ho
estin), es decir, es por s
o en s y no por o en otro (Cra. 389b, R. VI 490b, X 597c).
- Ente es relacin de la
esencia y de la idea, de modo que ente dice tanto ser como
inteligibilidad, o ms bien dice ser inteligible (noetn on, Ti. 37a,
48e, 51c). Y en esto consiste la verdad del ente (altheia), el que, por ser inteligible, es verdadero. Entiendo
por relacin la recproca
participacin de la esencia y la forma, su entrelazamiento inteligible
y ontolgico. Cuando reflexionando acerca de esto hablamos de la
correspondencia entre lo ideal y lo ontolgico, decimos que hay una cierta
relacin, que resulta en afinidad, en esa natural tendencia de lo
inteligible a ser y de lo entitativo a ser inteligible; y puesto que son
racionalmente distinguibles la forma de la esencia, as tambin lo es de
ambas la relacin que las entrelaza. Relacin expresa, por consiguiente,
la simple y sostenida tendencia de lo inteligible a ser, y de lo
entitativo a ser inteligible. Ya que, por otra parte, es racionalmente
distinguible la forma de la esencia, as tambin lo es de ambas la
relacin que las une. Esta recproca participacin, sin embargo, nada
establece ni superimpone, sino que dice —acerca de lo ya
establecido, a saber, la esencia y la forma— que una y otra son,
para cada cual, trmino natural, inteligible y ontolgico, sin el cual
nada puede ser llamado realidad. Lo inteligible es fundamentalmente forma,
lo ontolgico, esencia. Pero puesto que subsisten en correspondiente e
indisoluble unidad, su simultnea participacin no es unilateral sino
recproca. A este estado de reciprocidad participativa llamamos ente.
- La verdad (ajlhvqeia) se establece en esta
dualidad expresada en el interior mismo de la unidad esencial del ente. Porque ente es
dualidad en cuanto a los trminos de su relacin (ousa, eidos), pero
unidad consubstancial en cuanto a la relacin misma que lo hace uno. La
unidad del ente se consolida en la verdad. El ente, sin embargo es bueno
solo en la medida que el Bien se hace presente en l como inteligibilidad.
La bondad del ente es as su ser inteligible, es decir, la verdad del ente
es manifestacin del bien. Participa, por consiguiente, del bien,
inteligiblemente. Decir que el ente es esencialmente bueno es afirmar,
adems, que no es el bien en s. Mas la verdad es el objeto ontolgico del
pensamiento, en cuyo contenido inteligible —que son las entidades
ideales— se alcanza la contemplacin de la realidad.
- Ente es siendo por s
(kathaut), es decir,
substancialmente: el ente siempre (to;
o[n ajeiv, Ti. 27d), que
es idea y esencia, es el ser realmente real (oujsiva o[nto ou~jsa, Fdr.247c) junto al que se adquiere el saber de lo que es
verdaderamente ente (Fdr. 247e).
El ente es as perfeccin, pues todo el ser de su esencia es en l la
plenitud de su forma.
- La realidad del ente
es designada por su ser verdad, de modo que decir ente es decir ser
realmente. Ser y existir son lo mismo en el ente (to on), pues einai
es ser y existir. Mas el existir se disuelve en el ser cuando del ente se
trata, si ente es, ante que nada, realidad realmente realizndose. No hay
ambivalencia en einai, si
estimamos que las formas esenciales son,
y las cosas participadas existen.
Hay, por consiguiente, un existir cuya esencia no dice relacin
directamente entitativa a una idea, y no es por tanto ni esencia, ni idea,
ni ente: la existencia de lo no substancial es generacin (gevnesi); y lo que es la ousa a la generacin eso el
pensamiento a la opinin (R.
VII 534a); y a su vez, como la esencia es a la generacin eso es la
verdad a la creencia (Ti. 29c).
En el plano ontolgico podemos decir que la esencia es al ente como la
generacin a lo generado. Ser incluye al existir, no viceversa. Lo que en
la esencia es ser y existir, en la generacin es solo existencia. Porque
generacin es precisamente el existir de la imagen (eijkwvn), y la relacin de la
generacin a la imagen designa lo generado. El mismo verbo einai es ser y existir en lo que
respecta a la esencia, y solo existencia en cuanto a la generacin. Solo
es (esti) lo que es por s; solo existe lo que es por otro; y este es el nico ser
que generacin puede connotar. Es dable en todo caso decir de gnesis que es, en cuanto existe como relacin
a la imagen, que es por naturaleza por
otro (uJp jaijtivou tinov,
Ti. 28a). Imagen es en el mundo
un orden anlogo al ente en lo inteligible. Cuando se designe las esencias
como existentes no se debe olvidar, sin embargo, que eso significa que lo
esencial existe substancialmente mientras que lo generado existe no
substancialmente. Existe, en consecuencia la generacin a modo de imagen
que engendra creencia (pistis) y
opinin recta y verdadera (doxa
orth/aleth), pues la verdad es la que subsiste en lo entitativo, que
es lo nico verdaderamente inteligible.
- Ya que lo inteligible
(to noetn) es el modo en que la bondad se hace presente en la
idea, por un acto de bondad inteligible la idea condiciona en lo generado
una cierta inteligibilidad. La idea, siendo para s pudo no ser en
absoluto para otro, pero ya que es manifestacin del bien es a su vez
beneficiosa y participativa. El estado constante de la forma (eij~do) que se comporta (e[con) en identidad consigo misma (kata; taujta;, Ti. 52a) es inteligibilidad. Es su forma de estar permanente
como proviniendo del bien y vuelta siempre hacia l en contemplacin.
Inteligibilidad es, adems, la forma misma en situacin de relacin
constante y firme con su ser propio, que es su esencia (pues eso es
esencia, propiedad); y la inteligencia (noesis) es capaz de contemplarla (R. VII 529b). Lo que es opinin a generacin eso
inteligibilidad a esencia; y solo las formas inteligibles, cuya entidad es
esencia, son propiamente entendidas (ei[dh
noouvmena movnon, Ti.
51d).
- Si bien lo inteligible
es bondad en la idea, la presencia de lo bueno inteligible en el espacio
ideal, que es el bien manifestado cual relacin de forma y esencia, es
opinin recta y verdadera en la generacin, expresin de un tipo de
inteligibilidad participado compatible con la imagen. Esta inteligibilidad
en lo generado es opinin verdadera; o dicho de otro modo, la verdad que
se puede tener de la imagen es opinin y creencia. La opinin que resulta
de la imagen es la verdad sobre el mundo, y as, la esencia es a la
generacin como la verdad a la creencia (Ti. 29c).
- Todo orden expresa un
principio inteligible. Orden en el ente es en especial la forma. Pero no
hay forma sin esencia —o la esencia que realmente es (hJ oujsiva o[ntw ouj~sa, Fdr. 247c)—, ni esencia sin
forma, pues lo que es realmente (to;
o[n o[ntw, Fdr. 249c)
est en su entrelazamiento. Orden, entonces, es la expresin primera de la
inteligibilidad del ente. Todo ente es ordenado en cuanto comporta la
estable relacin de lo esencial y lo formal. Ahora bien, orden en lo
creado —que es lo generado— es en especial la imagen, que es
como la forma inteligible en lo generado, cual objeto de opinin (doxastn, Ti. 28a). Pero no hay imagen sin generacin ni generacin sin
imagen, ya que la realidad de lo fenomnico, que es la apariencia (ta phainmena, R. 596e), se sustenta en la ms o menos fluctuante recproca
participacin de ambas. La imagen, que es orden en lo creado, es
fundamento de estabilidad en la existencia de lo generado. En
consecuencia, la imagen es forma en el mundo. El mundo es orden (kosmos) en cuanto est configurado
de imagen; y el saber sobre el cosmos es ciencia de la imagen.
- En la economa de la
creacin, la intencin artesana se da en lo perfecto como enmienda de lo
insatisfactorio. Esto se expresa figuradamente en el sentimiento de
Scrates de haber sido incapaz de elogiar en forma satisfactoria a los
hombres y la ciudad de su estado ideal: ahora desea contemplarlos en
movimiento (Ti. 19b-e). Lo
insatisfactorio del caso, y el propsito de enmienda es resultado de la
bondad inherente a los objetos ideales. Artesana divina consiste en poner
orden en aquello que carece de l pero es capaz de recibirlo. Todo lo que
existe es capaz de orden, pero es incapaz de drselo a s mismo si no
posee entendimiento (nous). Hay
una realidad en estado de
desorden, carente de artesana y configuracin. Una actividad artesana,
que opera en la generacin, pone orden mediante idea. La idea en todo caso
es principio de inteligibilidad en la esencia, solo en cuanto a la
esencia; pero el producto de esta artesana ideal resulta en imagen que
penetra en la generacin produciendo un cosmos. La generacin que recibe
imagen resulta por eso ordenada y con un grado de entendimiento compatible
con su realidad. Lo insatisfactorio es lo irreducible, porque las cosas en
la creacin tienen algo de irreductible que, aunque sometido a la
actividad del entendimiento, da cuenta de la imposibilidad ontolgica de
un mundo creado que sea igual al increado. Ente eterno ms ente eterno no
es otra cosa que eternidad: si ha de haber creacin debe haber alteridad.
Eso comporta un cierto grado de imperfeccin y por consiguiente un
descenso. Pero irreductible es lo que queda una vez que la generacin ha
sido elevada a vivir como imagen mvil de eternidad (Ti. 37d). As realiza Dios su deseo de hacer todo de la mejor
manera posible.
- El orden inteligible
compatible con lo generado es alma del mundo (psykh tou pants, Ti.
34-37c). El alma del todo es el modelo para el mundo en cuanto estructura
divina ideada para crear, y es el mecanismo numrico del mundo en su
efectiva realizacin. La idea que hace un mundo (poner orden es, en este
contexto, crear), es aquello desde donde lo generado es imitado y
producido (to; d jovJqen
ajfomoiouvmenon fuvetai to; gignovmenon, Ti. 50d). Alma del mundo es lo generado como estructura
viviente (hJ tou~ kovsmou suvstasi,
Ti. 32c, 48a). La intencin de
perfeccionamiento de lo insatisfactorio, que en lo perfecto ideal conduce
a la creacin, se expresa especficamente en relacin con aquello que
existe en forma irregular (ajnwvmalw,
Ti. 52e) y en estado de caos. En
relacin con la totalidad, lo insatisfactorio es un modo de referirse a
los elementos de resistencia que el ejercicio del acto creativo deja en
evidencia.
- Dado que lo
inteligible es manifestacin entitativa del bien, la criatura inteligible
(ejkei~no, Ti. 30c), que es el ente ideal en
cuanto disposicin para el mundo, concibe la intencin de mejorar lo
insatisfactorio trayendo orden al desorden. El paradigma es un ser
viviente que contiene en s a
todos los seres vivientes inteligibles (Ti. 30c-d), donde cada idea es a otra y a su conjunto
transparente en la participacin comn del bien y distinta en la modalidad
de participacin de ese mismo bien: son unas a otras iguales y diferentes
por la misma causa originaria, estructurando as una criatura viviente
unitaria y diversificadamente inteligible, que es el ente siempre. El animal inteligible es un viviente absoluto en
su unidad (Ti. 31b). El orden
para el mundo est en la unidad diversificada del nmero concebido por y
desde la inteligencia-ente-siempre y hecho a su imagen.
- La criatura
inteligible es el conjunto del entrelazamiento ordenado de las ideas. Ms
all de la esencia (ejpevkeina th~
ousiva, R. 509b) est el
bien, que no tiene por tanto entidad, no por carencia sino por
superabundancia. Porque entidad es esencia segn que por ella cada ser
inteligible diversifica y realiza esencialmente
en su modo propio la unidad indisoluble del bien. Aunque no es ente es sin embargo bien, y de l se
puede decir que es y existe en cuanto supera —por eminencia,—
ser, esencia, inteligencia. Se puede decir asimismo que son y existen las
cosas sujetas a la generacin, en cuanto participan de la nica
realidad que verdaderamente es
(oujsiva o[ntw ouj~sa, Fdr. 247c). Ente media entre bien y
generacin, como la palabra (logos),
que es portadora del ente, puede expresar convenientemente todo lo que cae
bajo el mbito de este. As, entonces, el discurso filosfico utiliza el
verbo ser para toda realidad creada e increada, sujetndose a los matices
de su grandiosa diversidad.
- El ente, que es real
manifestacin entitativa del principio originario del todo (to agathn), produce (poie) y construye (apergzetai) un universo, con la
artesana que enmienda el estado irregular e insatisfactorio de lo no
sujeto a inteligibilidad, es decir, lo generado forzosamente sujeto (ta; di jajnavgkh gignovmena, Ti. 47e). El ente entrega bien,
inteligiblemente; y el resultado de esta donacin inteligible es creacin
(kosmos), es decir, generacin
en estado de semejanza con lo ideal entitativo. La inteligibilidad
bondadosa de lo que siempre es, en situacin de reconocimiento de lo que
existe en estado de desorden (ajtavktw,
Ti. 30a), es intencin de
produccin artesana; quiso que en lo posible se generase todo lo ms
parecido posible a s mismo (pavnta
oJvti mavlista ejboulhvqh genevsqai paraplhvsia eJautw/~, Ti. 29e). Este es el decisivo
principio que manifiesta la bondad del creador.
- Ente, as, significa
propsito de ordenamiento inteligible (y cuando intentaba ordenar el
universo, Ti. 53b), en cuanto
el ente persevera en su deseo de perfeccionar lo imperfecto. Algo en el
ente desea perfeccionar lo imperfecto. Sin embargo, ente que desea no es
diferente del ente mismo, sino que ente significa aqu lo siguiente: que
el ente siempre (to; o[n ajeiv,
Ti. 27d) se revela como la
inteligibilidad del bien y la bondad de lo inteligible. Ente, en
consecuencia, en cuanto proviniendo del bien es inteligible y bondadoso; y
as, la bondad inteligible del ente es tambin bella, porque desea lo
verdadero y comprende lo bueno, como lo demuestra su acto creativo de
generar un mundo: el ente es principio de una actividad artstica cuyo
paradigma y objetivo es lo bello. To
agathn segn se manifiesta, es to
kaln, y es belleza en cuanto se conforma a la delimitacin
inteligible de la idea: pues belleza es antes que nada forma inteligible.
- El deseo de difundir
el bien es la expresin del bien que existe en el ente (se dice que
existe, porque no es el bien). Desea el ente, entonces; pero no la
satisfaccin de s mismo, pues lo perfecto es invariable en la posesin de
su perfeccin, y su intencin de permanecer en s no puede ser propiamente
llamada deseo, sino que es, sin nombre, la simple coherente permanencia de
su ser entitativo. Lo que el ente desea es, por decirlo as, remediar lo
irregular e insatisfactorio, y este ente que desea es el ente demirgico, el artesano (ho demiourgs) del mundo universo (to pan). Pervive en el artesano un
mundo, como en la esencia una existencia.
- El ente, entonces,
relacin de esencia y forma, se devela en el discurso filosfico en demirgico
e intelectivo. Cuando se habla del modo demirgico se intenta explicar
cmo la esencia desarrolla su energa creadora y la forma su consistencia
artstica y paradigmtica. El aspecto intelectivo del ente seala, a su
vez, cmo la esencia expresa su verdad y la forma su inteligibilidad. En
trminos generales, ente intelectivo es modelo (to; paravdeigma, Ti.
31a, 29b, 28a-b) y ente demirgico artesano ( dhmiourgov,Ti. 29a,
41a). Ente, por consiguiente, abarca en su significacin las Ideas, la criatura
viviente inteligible, el modelo, el Dios demiurgo. Formas, criatura y
modelo son, bajo diversos respectos, sinnimos: y el Dios comparte con
aquellos una organizada unidad inteligible: porque lo real entitativo es a
modo de substancia intelectual unitaria.
- Orden es en el ente
tanto expresin de lo inteligible como de lo esencial, plena como est la
esencia de inteligencia y la idea de consistencia ontolgica, es decir,
esencial. Y no estando separadas en el ente ni la esencia ni la forma, es
preciso con todo decir que orden dice relacin en primer lugar a lo formal
e inteligible. Creacin del mundo es el advenimiento del orden a lo
generado mediante el ente intelectivo y el demirgico, que conforman una
realidad indivisible y en s.
- Mundo en estado de
orden es cosmos. Crear es ordenar (eij
tavxin aujto; e[gagen ejx th~ ajtaxiva, Ti. 30a); ordenar es poner inteligencia, y ordenar el mundo es
poner inteligencia en el mundo. El orden de la inteligencia es la
inteligencia misma; el orden del mundo es cosmos. La idea no penetra el
mundo, ella no entra ni sale de nada, y tan solo permanece en s misma (to; kata; taujta; kai; wJsauvtw e[con,
29a). La idea entonces se hace presente al mundo por imitacin, pero lo
generado en previo estado de caos es incapaz de imitar si carece de
inteligencia. Un mundo se crea
cuando un alma dotada de entendimiento anima el universo. El alma, con su
trama matemtica, crea las condiciones que permiten que mimmata de las ideas pueblen el
universo. Habita en el alma del mundo una facultad intelectiva (nou~n me;n ejn yuch~/,
Ti. 30b) –como ese
piloto del alma (yuch~ kubernhvth/
movnw/ qeath~/ nw~/, Fdr. 247c)– que es suprema presencia de la idea en el
mundo, capaz de imitar aquello a cuya semejanza fue creada, es decir, el
modelo eterno. Y el universo puede imitar, porque a su vez es el resultado
de la imitacin por la que se realiz el acto de artesana que cre el
mundo. El ente se imita a s mismo cuando crea un alma que sea capaz de
imitarlo. El acto artstico que crea un mundo se origina en un sujeto de
voluntad operativa (poiets) e
inteligencia creadora (demiourgs).
- Lo operativo y creador
estn en el ente, no as el material ni el producto. El ente entonces
imita mientras crea, y su
actividad artstica (poiesis) es
accin transitiva. Inteligencia creadora, voluntad operativa, paradigma,
material y cosmos forman la secuencia de la creacin. Y ms all del
universo del ente y el devenir, dos bsicos agentes dominan, a su modo, la
totalidad de los mundos sensible e inteligible: el bien supraesencial, que
conduce todas las cosas al orden, y lo forzoso, que es la necesidad que
resiste y que motiva el desorden. Sin resistencia no podra haber
conformacin hacia abajo: las figuras geomtricas de los cuerpos sensibles
del universo resultan del encuentro del nmero con la materia.
- Orden en el ente es
adecuacin de la esencia a la forma inteligible; orden en el mundo es
adecuacin de la generacin a la forma sensible. Si la imagen es la forma
en el mundo, orden mundano es ms especficamente adecuacin de la
generacin a la imagen. Porque as como la esencia da consistencia
ontolgica a la forma, la generacin otorga estabilidad a la imagen
sensible. Esta adecuacin que se realiza en la combinacin analgica del
todo (kai; ajna; lovgon merisqei~sa
kai; sundeqei~sa, Ti.
37a) es el alma del mundo, es decir, este cosmos segn que vive la
inteligencia de su estructura de nmeros. La adecuacin constante de la
relacin entre generacin e imagen realizada en el tiempo, es la imitacin
perpetua que el mundo realiza de su modelo eterno (eijkw; kinhto;n aijw~no, Ti. 37d): en ello se fundamenta la eficacia de su mecanismo
que avanza eternalmente conforme a nmero (kat
jajriqmo;n ijou~san aijwnivon eijkovna, ibid.). Es el resultado del
esfuerzo persuasivo (peivqein,
Ti. 48a) de la inteligencia.
Porque el mundo imita, con lo inteligible que hay en l, lo inteligible en
el ente.
- Lo extenso existe en
la generacin como expresin geomtrica de la total enextensin del ente.
Lo que es aunque no es, se revela en el cosmos mediante la escritura
numrica de sus cuerpos primarios delineados en la extensin que
proporciona un lugar a la creacin (to;
th~ cwvra ajeiv, Ti.
52a-b, d, 53a). Pero antes de la
generacin exista lo
insatisfactorio a modo de extensin errtica. Aunque el motivo (aijtivan,Ti. 29d) de la creacin est en la bondad inteligible del
ente creador, hay otro motivo que es llamado la forma de la causa errante (to;
th~ planwmevnh eij~do aijtiva, Ti. 48a). Dos causas, por tanto, motivan el surgimiento de la
generacin y la creacin, a saber, el factor inteligible (nous) y el factor errante o
necesidad (anagke).
- Para los efectos del
proceso de la creacin, nous es
la forma inteligible de paradigma y anagke,
la forma de la causa errante. Generacin en estado de cosmos es lo que
procede del acuerdo de necesidad e inteligencia. As como el nous de la forma no est en la
generacin sino a modo de imagen, as la anagke no se presenta en la generacin sino a modo de ҇mbito
espacial (khora) de lo extenso. Debido a
anagke (dianagkes) existe algo
extenso cual receptculo (hypodokh)
de toda la creacin. Anagke es
causa en cuanto condiciona la accin de la causa principal que es nous. Y nous, en efecto, deviene imagen y anagke, a su vez, extensin en lo generado. Aquello que exista como causa errante ya no
existe (y solo sabemos de su existencia por los efectos modificados que al
presente conocemos) desde que el receptculo librado a lo forzoso, que es
necesidad, se rindiera a la sabia persuasin del entendimiento. Lo que
existe o exista no cuenta en definitiva en el proceso de la creacin sino
a la luz de lo inteligible, que envuelve la existencia en el ser: porque
el existir es el fenmeno del ser.
- Lo generado no puede
existir sin fundamento (hvJdra,
Ti. 52b, cf. 53a, R. 516b), y
por eso ex-iste. Y as, lo
generado es vstago (gkonos),
aquello en que se genera, la madre (meter),
y aquello desde donde surge conformado lo generado, el padre (patr). Por causa de este
fundamento es forzoso que toda entidad en este mundo sea en un lugar y
ocupe un mbito (khora); y que
lo que no est en la tierra ni en el cielo sea nada (cf. Ti. 52b)
- Lo anlogo del ente en
lo extenso es el mundo, y todo lo que existe en l es imagen. Si se
intenta abstraer de la generacin la base aquella que a modo de recipiente
sustenta el todo, se ver que es apenas creble (mogis pistn). Porque este mbito es lmite de lo creado, cual
alcance liminar de la bondad que se difunde en creacin. El recipiente de
la necesidad es el umbral de lo insatisfactorio y lugar de lo
irreductible. All es donde finalmente se desenvuelve el drama de la
creacin. Desemejanza mxima, demarca los lmites del mximo alcance de lo
inteligible difundido en lo extenso, y es frontera a su vez de la mxima
capacidad de lo errante de comportar seales (ikhne) de inteligibilidad. Estas seales manifiestan el
aspecto dctil de un recipiente indcil pero dispuesto a la persuasin.
- La regin lmite de la
desemejanza no depende del artesano, pero la accin persuasiva de este
logra organizar lo que en ella se cobija irregularmente y en forma anmala
(anmalos), irracional (logos) y sin medida (metros). Lo extenso se mueve por
necesidad. Lo desemejante vaga en desorden; mientras que lo inteligible
persuade a lo desemejante,
asimilndolo al orden del crculo. Lo inteligible, al abarcar lo extenso,
transforma en circular la masa toda del mundo, tanto en su dimensin
astronmica como elemental. El mundo hecho estructura circular es la
creacin, el cosmos, lo generado sujeto al orden del nmero; la
inteligencia habita en l gracias al crculo; y el transcurrir de esa vida
que le adviene con el orden inteligente, es tiempo. El crculo es tiempo
en el mundo, el trazado ms econmico de lo recurrente, y por tanto, el
desplazamiento mejor que existe despus de aquello que, por ser perfecto,
no precisa moverse. La creacin no destruye la anagke, pero la encausa mediante geometra: desde que el
artesano da orden al mundo todo se mueve en l, en ltimo trmino, por
causa del bien.
- Lo extenso se expresa
como realidad material, y en esa condicin se manifesta de modo concreto y
sensible. Dimensin quiz sea el nombre del material extenso que el
hacedor conforma. Tal dimensin viene significada por el receptculo, que
sostiene en su mbito la extensin total de lo que se difunde generado.
Pero la anagke no es lo
material, sino debido a que anagke
existe, existe lo extenso; y porque existe lo extenso hay algo material.
Dimensin es, en efecto, una suerte de carencia a modo de absoluta
alteridad, la que, cerca de ser nada se cuelga, por decir as, de la esencia,
cual disimilitud total de aquello que es completamente semejante a s
mismo; apenas cobertura de otra cosa, realidad fantasmal en los confines
de lo otro (ejn eJtevrw/ proshvkei
tini; givgnesqai, Ti.
52c).
- Si existe generacin,
existe tambin este espacio perpetuo (to;
th~ cwvra ajeiv, Ti. 52a), en el que toda generacin
tiene lugar, cual realidad subyacente a toda creacin. Dimensin,
extensin, espacio, receptculo de la generacin dicen la misma realidad
inaprensible y bastarda (novqw/,
Ti. 52b), en la que el padre no
tena parte, reverso de la trama de un mundo provisto ahora de lmite y
figura. Exista, acaso, una extensin primordial anterior a todo orden csmico en su entera dimensin corporal?
O debe postularse ms bien cual abstracta realidad, naturaleza insomne
(a[upnon), verdaderamente
subyacente (ajlhqw~ uJpavrcousan,
Ti. 52b), tan apenas realidad
que ni siquiera le pertenece a ella misma eso en razn de lo que fue
generada? Materia prima, entonces, inteligible, mbito previo de
manifestacin de todo lo que surge generado? La extensin csmica existe al
menos ahora en lo generado conformada a las formas geomtricas y a los
nmeros demirgicos (prw~ton
dieschmativsato ei[dhsiv te kai; ajriqmoi~, Ti. 53b). As es como cada idea, siendo ella una e
inteligible, existe en lo generado en multitud a modo de imagen.
- Por ser lo inteligible
bondad en el ser ideal, y el deseo de realizar el bien para s y hacer el
bien para otro le es inherente, deseo inteligente eterno es Dios. Bien
inteligible dice Dios, y la calidad de lo que se comporta siempre
adecuado al bien y al entendimiento, es divino. Aquello que desea y
entiende adecuadamente y opera
en la realidad viviente intelectiva, que es el ente eterno, es Dios.
Voluntad inteligente es Dios, si consideramos que su deseo es propsito
incesante de realizacin del bien. Procede entonces Dios a conformar lo
que se comportaba de otro modo (ejx
oujc ouJtw ejcovntwn, Ti.
53b). Esa necesidad es lo que en ltimo trmino ofrece resistencia. Sin
resistencia no hay posibilidad de algo diferente de lo perfecto. Lo que
queda de lo resistente y hace posible lo diferente es lo irreductible. Y
lo diferente tiene que ser inferior si habr de ser diferente.
- Artesano del mundo es
Dios, cual agente de la condicin de voluntad inteligente del ente. El
artesano es el ente demirgico que opera con el ente intelectivo. Dios
colma as la esencia de energa creadora y la idea de consistencia
paradigmtica, impregnado como est l mismo de la verdad y la formalidad
del ser. La creacin es imposible sin Dios, pues solo la divinidad es, en el ente, propsito
voluntarioso de eterna conversin y mejora de lo necesariamente sujeto a
dimensin. Sin ente no hay voluntad ni paradigma, ni propsito y por
tanto, no habra sin ello posibilidad de imagen.
- Junto al Dios artesano
pueblan tambin lo entitativo las formas divinas, configurando as la
estructura del modelo ideal en su integridad. Las formas no son dioses, si
es solo propio de un dios el propsito eternamente inteligible que lo
establece como persona. Pero en cuanto viven las ideas la vida del
entendimiento son dioses inteligibles y conforman con el demiurgo la
criatura viviente inteligible (ta;
nohta; zw~a pavnta ejkei~no ejn eJautw~/ perilabo;n e[cei, Ti. 30c). Una es, en efecto, la vida de la
esencia y otra la vida de la existencia; una la vida de la eternidad, otra
la del tiempo.
- A imitacin de la
realidad inteligible, el mundo es unidad en el alma del todo, un dios
generado cual imagen sagrada (gegono;
a[galma, Ti. 37c), templo
de los dioses eternos (tw~n ajidivwn qew~n, Ti. 37c). Como las ideas a las imgenes, as los dioses
inteligibles a los dioses sensibles manifestados en los astros. Todo est
impregnado de dioses (qew~n eij~nai
plhvrh panvta, Lg. 899b).
Dios es inmanente a los dioses pero trascendente al mundo. Bondad
inteligible, poeta (poihth;n) es Dios, ya que trabaja con el logos, y padre (kai; patevra, Ti.
28c), pues engendra un mundo: hallarlo es ya laborioso, y habindolo
hallado imposible de hablarlo a todos (levgein,
Ti. 28c). Labor es ya para un
entendimiento encauzar la imagen en la dimensin inteligible de las
formas, donde mora el Dios, y restablecer en el tiempo el proceso inverso
que conduce de la imagen a la idea. Quien, por consiguiente, se encamina
en el proceso de avanzar de la penumbra de lo extenso a la plenitud de lo
inteligible, repara con la verdad el poder de seduccin de la imagen.
Restaurar la generacin en la forma es la tarea de la filosofa, que
consiste en restablecer la imagen en lo inteligible en el discurso y la
accin. Porque qu sera del entendimiento creado si le faltase aquello
que lo ilumina, y de la imagen del mundo, si aquello por lo que existe?
Revista de Filosofa,
Universidad de Chile, vol. XXIII-XXIV (1984) pp. 77-86. Se han efectuado aqu
algunos cambios a la publicacin original.